La Huelga Feminista del 8 de marzo de 2018, con la participación de cinco millones de mujeres y con marchas en unas 120 ciudades, aparece como uno de los momentos paradigmáticos de la articulación de la acción colectiva a través del uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Ese 8M supuso, según la pensadora Carolina Meloni, un revulsivo social fraguado durante años que culminó una ocupación del espacio público dando lugar a una toma de conciencia feminista sin precedentes1. Podríamos decir que es el resultado de un proceso social de apropiación, de empoderamiento y de educación feminista que viene construyéndose desde la generalización del uso de internet por parte de los movimientos sociales a partir de fines de los noventa. Desde ese momento, la web tendrá un importante impacto en los repertorios de acción de los movimientos feministas y asistiremos a una transformación de las culturas militantes feministas (Bard 2017, Bergès, 2014, Paveau 2017, Pavard 2018). La articulación del activismo on-line con el activismo off-line va a situar la web en el corazón del espacio público (Jouët, Niemeyer & Pavard, 2017). Esa articulación propia de lo que vendrá a denominarse «ciberfeminismo», supondrá una ruptura de la frontera entre las esferas privada y pública, en la línea de lo que ya preconizaba Donna Haraway en su Cyborg manifesto (1985). El «ciberfeminismo» va a definir prácticas en la intersección entre el activismo feminista, el arte y los espacios digitales emergentes y en tanto que movimiento social y político, va a apropiarse de Internet como objeto de estudio y de análisis, pero también como herramienta de acción con el objetivo de sacudir el orden de género (Sollfrank, 2002; Gardey, 2015). En la década de 1990, las autoras ciberfeministas celebraron las tecnologías digitales como inherentemente liberadoras para las mujeres (Wajcman, 2007) y si bien no se cumplieron en su totalidad las expectativas tecnófilas, sí podemos pensar que se produjo una impugnación del falso dualismo occidental de los espacios (Sabaté, Rodríguez & Diaz, 1995). El objetivo de esta comunicación es de identificar la noción de espacio y la concepción de esas dos esferas en la producción ciberfeminista. Partiendo de algunos de los textos fundacionales, trataremos de analizar cómo la dicotomía o la articulación entre espacio público/espacio privado es pensada y abordada en la producción ciberfeminista en España y de qué manera, quizás, ha imaginado nuevas articulaciones. Para ello nos apoyaremos en los trabajos publicados por Mujeres en red (a partir de 1996); E-leusis (a partir de 1998); Donestech (desde 2006) y Remedios Zafra (2010 y 2015).