El espejo roto de Los alegres muchachos de Atzavara. El lector como coautor
Résumé
Esta comunicación tiene como objetivo proponer una lectura de Los alegres muchachos de Atzavara (1987): una “novela de la memoria” en la que destacan técnicas narrativas como el pluriperspectivismo y la polifonía, que piden la colaboración activa del lector. De hecho, esta novela funciona como un espejo realista, al tiempo que crea un efecto de contrapunto entre múltiples reflejos vinculados al periodo histórico, las conciencias o los personajes retratados, hasta tal punto que el espejo aparece en cierta medida “roto”.
Nos ocuparemos del papel del lector en esta novela, desde las teorías de la recepción, una especie de “coautor”, ya que a partir de la interpretación de un auténtico puzle tiene la difícil tarea de formarse una idea de lo que realmente pasó durante aquel verano de 1974. El juego de espejos inducido por la representación novelesca no solo subraya la dinámica propia de la búsqueda de reconstrucción y reconocimiento de un momento histórico clave, sino también el carácter movedizo y subjetivo de la memoria y la verdad, dos conceptos que se ponen en tela de juicio en esta novela testimonial de Manuel Vázquez Montalbán.