Ahora ya se sabe con mayor certeza que las obras de beneficiencia de las grandes ciudades del mundo industrial durante todo el siglo XIX y más allá no han sido anecdóticas en absoluto: podrían interpretarse como una contribución a la consolidación o una redistribución de la relación de fuerzas políticas o una redefinición de jerarquías internas dentro de las clases privilegiadas, como prácticas de control del pueblo de las ciudades o como matrices de políticas públicas reformistas que se implantarán poco después o como obras capaces de constituir un espacio que abre a las mujeres de la burguesía acceso a la vida pública. No obstante, carecemos de una sociografía de los círculos caritativos – con excepción de algunas figuras o instituciones relevantes. A la hora de disponernos a crear una en relación con una serie de ciudades en torno a 1900, hemos utlizado, como fuente, los repertorios de obras realizadas por « organizadores de la caridad» que pretendían , cada uno en su ciudad, dar un carácter más « científico » a las prácticas caritativas.