La censura de libros puede entenderse como una forma de limitar y erradicar el disenso religioso y político, como un instrumento de control social y de creación de convicciones, y como un medio de acceder a las conciencias de los individuos mediante la vigilancia de la lectura y la intervención en la textualidad. Sus herramientas más visibles, aunque no las únicas, son la prohibición de libros, su transformación mediante el expurgo –que recorta o tacha selectivamente pasajes de un texto–, la actividad de calificación o diagnóstico que determina que un texto es heterodoxo, o la representación de la lectura de los libros malos como un envenenamiento de las almas o de las conciencias. Esta conferencia propone una reflexión sobre la censura y su impacto en el patrimonio bibliográfico y en la cultura y la historia intelectual española. Examina el concepto de “mal libro” en la Edad Moderna y manifestaciones de biblioclastia en la historia y en la ficción (en particular, el Donoso escrutinio de la biblioteca de Don Quijote), se adentra en la oficina del censor para recorrer sus principales instrumentos (en particular, los índices de libros prohibidos y expurgados) y ofrece un itinerario por los “libros castigados”, aquellos libros vedados, expurgados, sospechosos, clandestinos y los que, por el temor de autores e impresores, no se abrieron paso hasta la imprenta. En suma, aquellos libros que desaparecieron de la circulación pública; dejaron de leerse, salvo en secreto, y de citarse, salvo veladamente; dejaron con frecuencia de imprimirse o bien se publicaron bajo nombres falsos y en talleres inexistentes.