En Francia, el arte de caminar está conociendo un auge importante desde la última década del siglo XX. Autores como Michel De Certeau (1980), Isaac Joseph (1985), David Le Breton (2000) y más recientemente Kaduna-Eve Demailly y otros (2021), Roger-Pol Droit y Yves Agid (2022) son ampliamente movilizado cuando se trata de hablar y debatir del andar. Al tener por obligación desde principios del siglo XXI, tomar en cuenta el punto de vista de las y los afectados por la reestructuración urbanística de su lugar de vida, las iniciativas movilizando el andar se han desmultiplicado sobre todo en el ámbito de la planificación urbana, inspiradas explícitamente o no de las ideas del pensador escocés Patrick Geddes reconocido por sus ideas en el campo de la educación y de la planificación urbanística (De Biase et alii, 2016; revista belga Clara, 2013). Ya a finales del sigo XIX, principios del XX promovía entre sus estudiantes el andar como método fundamental para la comprensión de los entornos urbanos. En el territorio francés, desde hace unos diez año, numerosas caminatas urbanas se organizan con el objetivo de descubrir y/o sensibilizar un amplio público a un territorio. En Marsella, con motivo de la capital de la Cultura del 2013 surgió el primer sendero urbano de excursionismo francés; una iniciativa que juntó artistas, arquitectos, urbanista así como personas formadas en las ciencias sociales. Por otra parte, el grupo pluri-disciplinar de investigación CRESSON de la escuela de arquitectura de Grenoble lleva reflexionando desde hace varias década sobre el andar como método de investigación (Augoyard, 1979; Petiteau, Renoud, 1992; Thibaut, 2001; Thomas, 2007, Depeau, 2022). Son estos últimos que inspiraron un protocolo que pusimos en marcha en el marco de un proyecto I+D+I, dirigido por Diana Marre sobre jóvenes adoptados y adoptadas en el 2013. Desde entonces he ido trabajando la cuestión del andar en el marco de investigaciones con niños y niñas como etnógrafa urbana. Trabajo actualmente con una constelación de asociaciones que iniciaron un adventure playground en La Castellane (a caballo entre los distritos 15 y 16 de la ciudad de Marsella) que movilizan el “arte del trayecto” (Sabin, 2019) como herramienta de trabajo. Propongo presentaros durante el simposium viñetas etnográficas que ponen en evidencias el potencial (sin minimizar las dificultades) de esta herramienta metodológica y mostrar de qué manera, a menudo, trayectos y trayectorias de vida, de un territorio, etc. se entrelazan.