Como ya lo hemos analizado en otros trabajos (Macías Barrés, 2010, 2017; Macías Barrés & Sinardet, 2020), pareciera que en el Ecuador, las políticas y el discurso estatales separan, de manera implícita y explícita, dos grandes comunidades lingüísticas: la hispana y la no-hispana. El uso del español/castellano es dominante y, como lo evocamos en Macías Barrés (2010), el reconocimiento oficial de otras lenguas nacionales es bastante reciente. Pero notemos que el grupo hispano no es homogéneo: está admitido que existen “pueblos” que tienen un habla y manifestaciones lingüísticas propias, tales como los montuvios y los afroecuatorianos. En este paisaje lingüístico, ¿dónde se situarían los cholos costeños? En esta ponencia no pretendemos afirmar o infirmar si los montuvios y cholos son grupos étnicos diferentes de otros grupos considerados mestizos. Nuestro objetivo es mostrar en qué medida la lengua castellana y su variación pueden ser utilizadas por “minorías” como un marcador étnico o de etnicidad en pos de su reconocimiento. Abordaremos dos grupos hispanohablantes que movilizan un discurso identitario de afirmación étnica: los montuvios y los cholos de la Costa.