En los últimos años se ha producido una notable expansión de las Indicaciones Geográficas (IGs) en España. Sin considerar el vino, España contaba con 42 IGss, en 1996, mientras que en 2018 el número de IGs se había multiplicado por cuatro hasta alcanzar las 196. La literatura no ha sido ajena a este proceso y el número de trabajos que se han centrado en justificar la necesidad de este tipo de productos diferenciados asociado a un determinado territorio ha crecido de forma exponencial. La mayor parte de los trabajos se han centrado en resaltar los beneficios económicos, como la generación de valor añadido, el diferencial positivo de precios y su demanda potencial o el incremento de la rentabilidad de los socios de la IGs. Un grupo menos numeroso de trabajos se han centrado en analizar sus beneficios ambientales, tales como la protección de especies locales, el fomento de la biodiversidad, la protección de paisajes, el mantenimiento de prácticas agrícolas tradicionales o el uso razonable de los recursos naturales. En el ámbito social, la literatura ha puesto el foco en su capacidad para la generación de empleo local y la disminución del éxodo rural, así como su contribución a la identidad cultural y territorial. Como se puede observar, una misma realidad ha sido analizada desde enfoques muy diferentes aportando una gran variedad de discursos que pretenden justificar la existencia de estas IGs. Cada uno de estos trabajos parten de un objetivo específico dedicado a resaltar cada uno de los aspectos diferenciadores que hemos comentado anteriormente. Sin embargo, ninguno de esos han trabajos han tratado de analizar cómo percibe la sociedad las IGs. Y más concretamente, ¿cómo las perciben las personas que trabajan alrededor de las mismas? Sin ese conocimiento, es muy complicado poder juzgar hasta qué punto las políticas de sostenimiento de las IGs serán aceptadas socialmente y, por tanto, capaces de ser implementadas con éxito. Para responder a esta pregunta, en este trabajo planteamos la utilización de la metodología Q que es una técnica cualitativa de investigación pero que permite el análisis estadístico a través de la cual es posible descubrir diferentes discursos relativos a cómo los individuos perciben sus comportamientos y el entorne en el que viven, en este caso, las IGs. A partir de una revisión exhaustiva de la literatura sobre IGs, se han seleccionado 44 afirmaciones sobre las que una muestra de personas relacionadas con las IGs han emitido una valoración. En concreto la muestra consta de 35 personas que pertenecen a los Consejos Reguladores, a la Administración Pública relacionada con las IGs y a la academia integrado. Los resultados nos han permitido diferenciar tres grandes discursos que rodean las IGs: el primero destaca los elementos de gobernanza; el segundo que destaca la importancia cultural y simbólica del alimento en el territorio; y un tercero que considera a las IG como una herramienta para alcanzar sistemas alimentarios sostenibles. Finalmente, se analizan los perfiles de los diferentes grupos de personas asociados a cada tipo de discurso.