No es preciso demostrar la importancia de la movilidad en el funcionamiento de los territorios y especialmente en el funcionamiento de un sistema urbano. La organización del espacio y su creciente especialización, la interdependencia de los lugares y la extensión de la urbanización, la repartición de las actividades y de los servicios, todas las características de la evolución de los territorios remiten a la necesidad imperiosa de los desplazamientos y al papel clave de la movilidad en el funcionamiento contemporáneo. En todas las grandes ciudades del mundo, las perturbaciones de la movilidad, sean pasajeras o durables, se deban a obras de mantenimiento, a movimientos sociales o a cualquier tipo de amenaza de origen natural o antrópico, representan una seria perturbación del funcionamiento urbano, sobre todo cuando los elementos esenciales del funcionamiento de la movilidad se ven afectados. Quito no escapa a la norma y ejemplos de cierre de ejes viales o de túneles, de suspensión de los transportes colectivos o incluso la rotura de un puente, vienen a demostrar regularmente el carácter indispensable de la movilidad en el funcionamiento del DMQ y la vulnerabilidad de este en este campo. El análisis de la vulnerabilidad de los elementos esenciales de la movilidad, descifrando los mecanismos que construyen sus fragilidades y las consecuencias posibles de estas últimas en el territorio, puede proporcionar pistas con miras a hacer al sistema de desplazamientos, y por tanto al sistema urbano, menos vulnerables. En esta perspectiva, se pretende en este capítulo determinar los elementos esenciales de la movilidad en el DMQ antes de examinar su vulnerabilidad, adoptando un método comparable al utilizado en el caso de la red de energía eléctrica o la de abastecimiento de agua. En fin, se desarrollará una reflexión sobre las consecuencias territoriales potenciales de la vulnerabilidad de esos elementos esenciales.